San Juan de Pasto
San Juan de Pasto es una ciudad de Colombia, capital del Departamento de Nariño, ubicado en la frontera con Ecuador. La ciudad ha sido centro administrativo, cultural y religioso de la región desde la época de la colonia. Es también conocida como "La Ciudad sorpresa de Colombia" y "la Capital Teológica de Colombia".
Sebastián de Belalcázar la fundó en 1537, en el lugar que hoy es ocupado por la población de Yacuanquer; posteriormente fue trasladada al lugar que hoy ocupa, por el explorador y conquistador español Lorenzo de Aldana en 1539.
Pasto se caracteriza por sus paisajes, reservas naturales, grandes templos, talleres artesanales y centros culturales. Muestra de la cultura de la ciudad es el carnaval de negros y blanco, las finas artesanías de barniz de Pasto, la arquitectura religiosa de diferentes estilos, museos, bibliotecas y centros educativos. El teatro imperial de la Universidad de Nariño es un sitio de interés muy visitado en la ciudad.
Su nombre tiene origien en el nombre del pueblo indígena Pastos, Pas = gente y to = tierra, o 'gente de la tierra'. Esta población habitaba el Valle de Atriz a la llegada de los conquistadores españoles.
La ciudad se encuentra ubicada en un valle interandino con una latitud de 2.527 metros, al pie del volcán Galeras, donde la precipitación y la nubosidad son muy altas. La temperatura promedio anual es de 13.3°C, la visibilidad, de 1º kilómetros y la humedad de 60 a 88%.
Según el censo del 2005, su población era de 382.618 habitantes; es la segunda ciudad más grande de la región pacifica después de Cali. Para 2009, según datos de proyección del DANE, la población estimada es de 429.923 habitantes.
Inicialmente, la ciudad fue llamada 'Villaviciosa de la Concepción' ('villa', por título que llevan muchas poblaciones, aunque no lo expliciten en su nombre popular; 'viciosa', del latín 'vitiōsus', por la bonanza del lugar; según la cuarta acepción del Diccionario de la Real Academia Española DRAE, tiene significado de 'abundante, provisto, deleitoso').
En Valladolid (España), el 17 de junio de 1559, le fueron concedidos a Pasto el escudo de armas, en dos cédulas reales distintas firmadas por la princesa Doña Juana, hermana del rey Don Felipe II; que consta de un castillo de plata y a los lados cuatro leones de oro, debajo de dicho castillo sale un río de aguas azules y blancas que atraviesa entre árboles verdes, un campo amarillo y suelo verde y el nombre de ciudad como San Juan de Pasto que sigue siendo el oficial.
Durante las guerras de la independencia adoptó la causa realista bajo el liderazgo del indígena Agustín Agualongo, por lo cual, una vez obtenida la independencia de España y debido a su situación geográfica se mantuvo aislada, configurándose así una actitud conservadora y tradicionalista a diferencia del resto del país.
En el siglo XIX, durante una de las guerras civiles que caracterizaron esa época de la historia colombiana, la ciudad fue por seis meses capital provisional de la República por decisión de un caudillo conservador, el General Leonardo Canal, quien pretendió enfrentar desde esta ciudad convertida en cuartel y símbolo de la resistencia contra los liberales radicales, al caudillo liberal Tomás Cipriano de Mosquera.
En 1904 con la creación del departamento de Nariño, la ciudad es nombrada su capital.
La ciudad sigue el margen del río Pasto, mantiene estructuras arquitectónicas de las épocas Colonial y Republicana en la zona central, cuyas construcciones aún conservan materiales como tapia y techo de teja, las cuales se contrastan con arquitecturas modernas, expresadas en urbanizaciones uni y multifamiliares.
San Juan de Pasto es una ciudad moderna con grandes y seguras proyecciones de desarrollo habitacional, comercial y cultural.
San Juan de Pasto se ha caracterizado desde la colonia por el profundo arraigo y devoción de su población hacia la fe cristiana; por esta razón la ciudad posee más de 20 construcciones religiosas, contados entre templos y parroquias. Estas edificaciones se caracterizan por su hermosa arquitectura y acabados, muchos de ellos de artesanos nariñenses.
La vida religiosa ha influenciado mucho a la ciudad. Los mensajes católicos llegaron desde la época de la Conquista, cuando los conquistadores españoles llegaban, acompañados de sacerdotes católicos en plan de evangelización a las culturas asentadas en esta región. Actualmente cuenta con 56 Parroquias, 10 seminarios y 22 conventos.
La artesanía que identifica a la ciudad es el barniz de Pasto. Los indígenas de la región descubrieron, desde la época precolombina, que podían trabajar con una resina vegetal extraída del árbol conocido como mopa-mopa. Es una masa moldeable que a través de un proceso de ebullición y estiramiento, permite barnizar objetos. Según historiadores esta técnica es única en el mundo. Además, se conoce el enchapado de tamo, que se aplica en artesanías utilitarias o decorativas elaboradas en madera. Se llama tamo a unas láminas vegetales muy delgadas, conseguidas de las espigas del trigo y cebada.
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